Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro.
– Santiago Ramón y Cajal
Les queremos compartir la interesante y deslumbrante entrevista que tuvimos con Karina Hernández, química farmacobióloga con maestría en farmacología, en proceso de terminar un doctorado en ciencias biomédicas y tapatía. Kari nos explica, con peras y manzanas, la increíble capacidad de nuestro cerebro para adaptarse a nuevos retos o ideas (Si, chango viejo si aprende maroma nueva), generar más neuronas sin importar la edad que tengas y nos comparte algunas tips, basados en estudios científicos, para estimular estas actividades y a la vez bajar la probabilidad de tener, en la vejez, alguna enfermedad neurodegenerativa cómo el alzheimer, demencia senil o parkinson.
Ciertamente encontrar en el camino y platicar con personas cómo Karina es bastante enriquecedor (Una fuckin’ delicia) ya que tiene una forma muy didáctica de platicarte temas que pudieran considerarse complejos como la neurociencia, para muestra un botón, les dejamos el video basado en el cuento que Karina redactó para dar a entender a los niños los efectos de los medicamentos y con el cual ganó una publicación en una revista sueca por medio del Uppsala Monitoring Center:
Creemos que es importante entender el concepto de Neuroplasticidad, Karina nos comenta que es la capacidad de que el cerebro genere y pierda conexiones, explicado en palabras “mortales” es la capacidad que tenemos de aprender y desaprender cualquier idea, tema, habilidad o costumbre. Lo sorprendente y lo que nos voló la cabeza es que Kari comenta que está comprobado científicamente que no hay edad para que este proceso cerebral siga generando cambios, en pocas palabras, “Chango viejo si aprende maroma nueva”.
Entendido este concepto, Karina nos da algunas recomendaciones para seguir generando nuevas conexiones y nuevas neuronas y retrasar o evitar la llegada de alguna enfermedad neurodegenerativa por la vejez:
Nos quedamos con dos opiniones de Kari. Numero uno; hay que fomentar desde la niñez la actividad física y estar en un constante reto ya que está comprobado que los niños mejoran su psicomotricidad y número dos; Aprender a vivir con estrés y estar consciente cuando se torna negativo, ya que está comprobado que vivir algunos momentos de bajos niveles de estrés puede ser un beneficio.
Por último, Karina (a.k.a. La abeja) muchas gracias por compartir toda está información de una forma tan bonita y didáctica y recordarnos que el único factor que determina nuestro destino somos nosotros mismos. Les dejamos el correo de Karina y las recomendaciones de libros que nos compartió:
#LOQUENOSUMARESTA